viernes, 25 de abril de 2025

¿Sabes de qué va EL OMER?

¿Te los imaginas saliendo de Egipto aquella noche después de haber estado allí unos 400 años como esclavos? ¿Te imaginas lo que se preguntarían unos a otros mirando hacia atrás o hacia adelante? Entre tantas y tantas otras, una podría ser, ¿y a dónde vamos? Hubo respuestas de todas clases, preguntas y respuestas que, con toda seguridad, irían aumentando conforme se iban alejando más y más de sus casas para llegar hasta la orilla del mar Rojo (o el de las cañas).

 Y ahora, ¿qué?, dirían algunos al verse atrapados entre el ejército de Faraón y el mar. ¿No nos habrá  metido Moisés en una encerrona? ¡Ya van a ser 3 días los que llevamos andanosin parar! etc., etc.

Amigo/a, ya sabes la historia, ¿verdad? Cuando la situación se volvió insostenible. No obstante, el mar se abrió, epasaron al otro lado por el camino seco poy medio de las aguas, el Faraón y su ejército se ahogaron y, por si fuera poco, todo Israel (más los extranjeros que se unieron a ellos)  aparecieron justo al otro lado del mar, sanos y salvos. Fue algo así como si hubieran "nacido de nuevo" o resucitado a una nueva etapa o vida.

Hubo, gritos de júbilo, danzas y todo lo demás, si, pero, y ahora, ¿qué? ¿hacia dónde nos llevará Moisés?

Dime, ¿te suena familiar la palabra OMER? En hebreo quiere decir contar y así se conoce al periodo que hay desde que salieron de Egipto hasta que llegaron a los pies del monte Sinaí. 

Esta palabra apenas "suena" dentro del cristianismo por muchas razones. Una de ellas es porque no se habla mucho de ella, por no decir nada, y otra es porque no la relacionan con UNA BODA (la que se haría tan pronto llegara LA NOVIA al Sinaí.  

Aparte de recitar todos los días la oración que encontramos en el Salmo 67 (pon especial atención a la palabra CAMINO y a ese hermoso  deseo de que los gentiles o naciones lo conozcan (ver Juan 14:6 ), Israel, repito, la novia o congregación de siempre, contó uno por uno los días que le faltaba para la celebración de esa BODA. Ésa que tendría lugar en el día 5O después de salir de Egipto.

¿BODA? ¿De qué me estás hablando, Samuel? Pues, sí, te estoy hablado de eso, de una boda que se tendría que llevar a cabo. Eso era lo importante para empezar

Verás, tanto se ha hablado, se habla y se hablará del reemplazante "pentecostés cristiano" (palabra griega) que se ha  puesto a un lado al Shavuot hebreo con todo su significado (Lev. 23), 

La verdad es, que el concepto de Novia o Esposa, (la Israel de siempre/Lev. 23:15:17,21; Isaías 54:4-8; Jer. 2:2-4; Oseas 2:20), casi se ha perdido por haber sido reemplazada oficialmente por la "esposa cristiana" en el Concilio de Nicea (325). De eso  hace ya unos 1.695 años.

 Desgraciádamente, hoy sabemos que "la madre" (el catolicismo y la mayoría de las hijas evangélicas a la carta, Testigos de Jehová, etc., etc.) todavía se encuentran sosteniendo esa misma postura o interpretación, basada en la doctrina del reemplazamiento.

Bien, pues aquí tienes unos pensamientos que te mando con mucho cariño, esperando que te ayuden a la hora de tener más claro, si es que aún no los tienes (los detalles de la Esposa, Boda, Shavuot o "Pentecostés", te los mandaré más tarde en el próximo artículo. No te los pierdas).  
 
'¿Sabes a donde vamos?' se dirían los Israelitas unos a otros, y con ellos los extranjeros o gentiles que se les unieron en el camino "al altar" o monte Sinaí: Pues, vamos a Canaan, a la tierra que nuestro Dios nos dió, pero antes tenemos que pasar por el lugar de LA BODA.

- ¿"De Boda?" 
- Sí, de boda..
- Y, ¿quién nos casamos?... 
- Pues según Moisés, "El Eterno se casará con nosotros y nosotros con Él (los oigo dicir entre ellos)...
Umm, de verdad que no entiendo pero, sigamos...

Amigo/a: Camino de esa BODA iban sin entender  realmente lo que estaba pasando, esa que se celebraría 50 después de salir del país que los había esclavizado por unos 430 años. 

¿Y qué se le requirió a LA NOVIA 3 días antes de casarse?

Detrás se habían quedado 47 largos y expectantes días desde aquella primera Pascua y ahí seguían con sus "altos y sus bajos", más asombrados que nunca esperando a ver qué pasaría...  

¿Te puedes imaginar el cuadro? Sí, al monte Sinaí llegaron el día 47, tendrían que esperar 2 largos días y hacer tal y como Moshé les dijo de parte del Eterno (Éxodo 19:10-15) para casarse on Él al 3º día.

Como  todas las novias hebreas hacen hasta el día de hoy, ella, la NOVIA del ESPOSO (la única habida y por haber) tendría que meterse  en el MIKVÉ para "purificarse" (hebreo), "enterrarse" (castellano) o bautizarse (griego), con el fin de pasar a la nueva fase o etapa. Es decir, repito, casarse "en el 3º día o "día de la Asamblea" en el tercer mes de Siván, (llamado así desde la cautividad en Babilonia) ...

De eso se trataba, de enterrar o dejar bajo el agua "las impurezas de la vida antigua en Egipto" para salir de ella "santa", elegida, apartada y consagrada  para su ESPOSO. Al hacerlo,  empezaría un nuevo capítulo con ÉL para siempre.

¿No será eso, precisamente, lo que le quiso decir Yehoshua a Nicodemo o Shaúl (Pablo) a los creyentes en Corinto? (Yohanan 3; 2º Corintios. 5:17) Un servidor, así lo cree ... 

Tanto uno como los otros creyentes en Yahoshua, debían "enterrarse o meterse en la tumba o Mikvé, para decir asi que  empezaban una nueva vida con el Mesías (el Mikvé de Israel, según Éxodo 19:10; Jeremías 14:8; 17:13; 50:7; Exdras 10:2-6; Zac. 13:1; Hechos 28:20; 2ª Corintios 517; Hebreos 6:1, etc) ...

Repito, sin entender lo que estaba pasando realmente, la NOVIA hizo exactamente lo que Moisés le dijo. Es decir, se sumergieron en el Mikvé o baptisterio, se abstuvieron de tener  relaciones sexuales y se pusieron los vestidos "de boda" para esperar AL NOVIO que, como se nos relata, llegaría para desposarse con ella entre truenos, relámpagos, una nube espesa y un sonido del  Shofar (bocina en griego) tan fuerte, que no podían soportarlo.

Aquél día, repito, el 47 desde que salieron de la esclavitud, fue uno muy diferente al resto de todos los días, por lo que había muchísima expectación en el aire ya que algo muy, muy  importante iba a ocurrir por la trascendencia que tendría) ...

¿Te imaginas la emoción y la expectativa que sentirían pensando en ese TERCER DÍA, justo cuando tendría lugar LA BODA? Digo emoción porque lo que estaban a punto de experimentar resultó ser la gran sorpresa de las sorpresas: EL ETERNO HABÍA DECIDIDO LLEVAR A CABO LO QUE SE HABÍA CONCEBIDO EN LA ETERNIDAD... ¡SE DESPOSARÍA CON SU PUEBLO EN EL DÍA DE LA ASAMBLEA (Deut.: 9:10; 10:4; 18:16; Hechos 7:37-38;) PARA SER SU ESPOSA, SI, PERO TAMBIÉN para ser EL CANAL POR DONDE VENDRÍA EL MESÍAS CON SU PROYECTO DE REDENCIÓN Y SALVACIÓN MUNDIAL (Gén. 3;12:1-3: Yohanan 3:16, 4:22, etc) ... 

Y como en todas las bodas, EL ESPOSO le entregaría la KETUVÁ o contrato matrimonial que no era otra cosa que LA TORÁ ESCRITA o LIBRO DE INSTRUCCIONES ...

Pero, ya ves, LA NOVIA cometió adulterio con otro "novio" y la BODA se tuvo que aplazar hasta ese "otro día" cuando "circuncidada ya de corazón, sin mancha y vestidos limpios y sin arrugas", pudiera llevarse a cabo. Eso sería lo que llamamos LAS BODAS DEL CORDERO. Justo lo que el Eterno nos invita a recordar de nuevo en este nuevo SUCOT y mucho más "cuando vemos que ese día se acerca" (Isaías 62:5; Apoc.19:7 y 8; Hebreos 10:19-25), etc..
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Y eso es todo por hoy queridísimo/a amigo/a ...  Sí aso lo crees y lo deseas, pasa estos "apuntes" a quiénes creas conveniente, citando la procedencia.

Como siempre, un cordial SHALOM, un fuerte abrazo y, ¡P'ALANTE!, ¡SIEMPRE P'AELANTE a la hora de hacer lo que el Eterno quiere que hagas allí en donde ÉL te ha puesto para ser luz, sal, servirle (Ester 3:8-9; 4:13-14; 8:6), anunciar LAS BUENAS NUEVAS DE RECONCILIACIÓN Y SALVACIÓN y amar al  prójimo hasta que ese Mesías tan esperado venga para establecer su REINO DE PAZ (no la de la ONU), tal y como está escrito en las Santas Escrituras!

Samuel del Coso Román
TOLEDO – (España o Segarad, según lo que escribió el profeta Abdías en los vers. 20 y 21 de su libro).
Tl.: +34. 659.682031(WhatsApp)

martes, 15 de abril de 2025

'No hay mal que por bien no venga'


'No hay mal que por bien no venga'
Josué Hoffman

12 de abril de 2025

Dices que nosotros administramos los bancos. Dices que estamos a la derecha de Hollywood. Dices que controlamos los medios de comunicación. Dices que tenemos demasiada influencia, demasiado poder, demasiado orgullo.
Pero nunca preguntas por qué.

Así que, déjame decirte:

Se nos prohibió poseer tierras, así que, aprendimos a ganarnos la vida con nuestras mentes. Mientras que otros construyeron legados en el suelo y la servidad, nosotros construimos los nuestros en la erudición y el estudio. Nos convertimos en comerciantes, financieros, médicos y filósofos, no porque anhelamos el oro, sino porque el terreno nunca fue nuestro.

Se nos negó el ingreso a las universidades, así que, abrimos nuestras propias escuelas y estudiamos el doble. Nuestro énfasis en la educación no surgió del privilegio; surgió de la exclusión.

En los shtetls de Europa del Este y los guetos de Europa Occidental, la Torá era nuestro libro de texto, y el razonamiento talmúdico se convirtió en nuestra disciplina. Cuando otros se burlaron de nosotros por ser bibliotecarios, convertimos el insulto en una armadura.

Nos empujaste a los guetos y nos restringiste de gremios y profesiones. Así que nos dimos cuenta de lo que quedaba: entretenimiento, confección, comercio y narración de historias. En Estados Unidos, excluido de muchos trabajos "respetables", fuimos al oeste y ayudamos a inventar Hollywood, no para lavar el cerebro, sino para soñar. Para crear magia de la nada. Para contar nuestras historias, porque nadie más lo haría.

Dices que administramos los bancos, pero tampoco pedimos ese trabajo. En la Europa medieval, la Iglesia prohibía a los cristianos prestar dinero con intereses, llamándolo pecado: usura.

Pero los reyes y nobles todavía necesitaban préstamos, y alguien tenía que hacer la recolección. Así que se volvieron hacia los judíos, ya considerados impuros, ya despreciados. La recaudación de impuestos, los préstamos de dinero y las finanzas fueron vistos como "trabajo sucio", así que ¿a quién mejor para asignarlo que al judío "sucio"?

Y así nos convertimos en prestamistas no por ambición, sino por fuerza. Fuimos apretados por cada moneda que podíamos recolectar, y luego, cuando las deudas aumentaron o la corona ya no nos necesitaba, fuimos expulsados, o algo peor.

Nuestras funciones financieras se utilizaron como justificación para la persecución, los pogromos y las difamaciones de sangre. Sin embargo, sobrevivimos. Aprendimos. Construimos una comprensión del dinero porque no teníamos otra opción. Y siglos después, te diste la vuelta y dijiste: "¡Mira lo codiciosos que son!".

Dices que robamos la tierra a otros, pero olvidas de dónde venimos. Los judíos vivieron en todo el mundo árabe y musulmán durante siglos, no como iguales, sino como dhimmis. Ciudadanos de segunda clase. Tolerado, no aceptado. Protegido, pero humillado.

Tuvimos que pagar impuestos especiales sólo para existir. No se nos permitió construir casas más altas que las de nuestros vecinos musulmanes. Tuvimos que hacer un lado en las calles, bajar la mirada y nunca, nunca olvidar nuestro lugar.

A veces nos dejaban en paz. Otras veces, nuestras sinagogas fueron incendiadas, nuestras mujeres agredidas, nuestros hijos tomados, nuestras vidas desarraigadas. Y cuando nació el Estado de Israel, casi un millón de judíos fue expulsado u obligado a huir de las tierras árabes, despojados de su propiedad, su ciudadanía y su dignidad.

De Bagdad a El Cairo, de Trípoli a Damasco, las comunidades judías que habían durado milenios desaparecieron casi de la noche a la mañana. No se creó ninguna agencia de las Naciones Unidas para esos refugiados judíos. No se exigió el "derecho de retorno" global. No colgamos nuestro trauma como un arma; lo usamos para construir.

Muchos de los judíos Mizrahi que ves en Israel hoy en día son los nietos de aquellos que lo perdieron todo, pero finalmente encontraron algo más grande: un hogar que lucharía por ellos.

Dices que somos tribales. Pero olvidas que intentamos integrarnos. Intentamos mezclarnos. Cambiamos nuestros nombres, enderezamos nuestros rizos, incluso abandonamos nuestra fe.

Pero no importa cuánto lo intentemos, nos recordaste que éramos judíos. Así que nos dimos la vuelta hacia adentro y nos apoyamos el uno en el otro. Construimos comunidades donde estábamos excluidos. Sinagogas donde estábamos excluidos de las iglesias. Hospitales cuando no éramos bienvenidos en el tuyo. Organizaciones para defendernos cuando nadie más lo haría.

Dices que tenemos demasiado éxito. Pero el éxito era nuestra única seguridad. Cuando llegaron los pogromos, necesitábamos dinero para huir. Cuando las cuotas bloqueaban a nuestros hijos, necesitábamos influencia para abrir puertas. Cuando ninguna nación nos tenía, construimos el nuestro propio, Israel, para que nunca más dependiéramos de la misericordia de potencias extranjeras.

Estamos acusados de doble lealtad, pero ¿lealtad a qué? ¿A un mundo que nos quemó o se quedó al lado mientras nosotros ardíamos? Nuestra lealtad es el uno al otro porque la historia nos enseñó que nadie más lo sería.

Odias que Israel exista. No por sus políticas. No por la tierra. Nos odiabas antes de 1948, antes de que se trazara una sola frontera. Lo que odias es que el judío ahora tenga poder. Un ejército permanente. Un gobierno. Un hogar. Preferías que seamos débiles, errantes, dependientes de tu lástima, o de tu permiso para vivir. Israel es la respuesta judía definitiva a 2.000 años de falta de vivienda, humillación y masacre.

Odias que ya no pidamos permiso. Que no esperamos la simpatía del mundo para defendernos. Odias que construyamos, innovemos, revivamos idiomas antiguos y hacemos florecer los desiertos. Odias que la autodeterminación judía sea real, próspera y permanente.

Y esto es lo que más te asusta: Israel no es una reacción al Holocausto; es la póliza de seguro contra el siguiente. Es el lugar donde "Nunca más" no es solo un eslogan; es una doctrina de seguridad. Son F-16, Iron Dome y niños y chicas de color verde oliva que no se van en silencio.

Odias que Israel exista porque significa que el judío ya no está a tu merced, y odias que Israel sea fuerte. ¿Pero qué esperabas? ¿Que la gente que dispersaste, gueto y masacraste construiría un país débil? Que una nación nacida de las cenizas del Holocausto juraría "Nunca más", ¿y no lo diría en serio?

Odias que el sionismo haya sido el proyecto de descolonización más exitoso, tal vez nunca. Mientras que las naciones de todo el mundo estaban rechazando el dominio extranjero, un pueblo antiguo hizo lo imposible: regresamos a casa después de 2.000 años en el exilio. No para conquistar la tierra de otra persona, sino para reclamar la nuestra.

El sionismo nunca se trataba de imperialismo; se trataba de poner fin a la colonización más larga de la historia, el desplazamiento de judíos de su patria indígena. Somos indígenas de la Tierra de Israel. Nuestro idioma nació allí. Nuestros profetas caminaron allí. Nuestros antepasados rezaron allí frente a Jerusalén, no a París, no a Varsovia.

No "colonizamos" la tierra; la revivimos. Construimos un estado no sobre la conquista, sino sobre el regreso. Y lo hicimos mientras estábamos rodeados de enemigos, embargados por el mundo y de luto por nuestros millones asesinados.

Celebras la descolonización, hasta que el judío lo hace. Quieres que todas las personas se levanten, excepto nosotros.

Y luego llegó el 7 de octubre. Nos mostraste, una vez más, exactamente por qué necesitamos a Israel. Nos enseñaste lo que sucede cuando los judíos son vulnerables. Lo que sucede cuando bajamos la guardia. ¿Qué sucede cuando creemos que el odio tiene fecha de caducidad?

El 7 de octubre, la máscara cayó. Hamas no apuntó a los soldados. Apuntaron a los bebés. Abuelas. Asistentes al festival. Activistas por la paz. Sobrevivientes del Holocausto.

Lo violaron, mutilaron, lo quemaron y lo transmitieron al mundo. Y mientras buscábamos a nuestros niños secuestrados y enterrábamos a nuestros muertos, el mundo se reunió para cantar, no contra el terror, sino contra nosotros.

Le levantaste carteles que decían: "Por cualquier medio necesario". Justificaste la masacre con palabras como "resistencia". Has convertido nuestro dolor en tu celebración.

El 7 de octubre no fue solo una masacre; fue una revelación. Nos recordó que ninguna cantidad de asimilación, ningún nivel de éxito, ningún Premio Nobel, ningún tratado de paz y ningún hashtag nos protegerán si no podemos protegernos a nosotros mismos.

Ahora vivimos en un mundo posterior al 7 de octubre. Un mundo donde los judíos terminan de disculparse. Terminé de buscar tu aprobación. He terminado de creer que si nos explicamos mejor, dejarás de odiarnos.

Ahora sabemos, sin duda, que la memoria del mundo es corta, pero la nuestra es larga.

Somos un pueblo que lleva tanto trauma como tenacidad. Somos los hijos de refugiados que se convirtieron en guerreros. Los descendientes de los sobrevivientes del Holocausto que se convirtieron en constructores estatales. Los nietos de los exiliados que llegaron a casa.

Intentaste destruirnos el 7 de octubre. En cambio, nos recordaste quiénes somos.

Aquí está la ironía que te niegas a ver: fue tu odio lo que nos hizo así. Nos obligaste a salir de tus profesiones, así que dominamos las que no querías. Nos excluyeste de tus instituciones de élite, así que construimos unas mejores. Nos aislaste, así que construimos nuestras propias redes. Nos llamaste débiles, así que nos hicimos fuertes. Nos querías pobres e impotentes, y al tratar de mantenernos allí, nos diste todas las razones para levantarnos.

El antisemitismo no detuvo el éxito judío. Lo causó. Nos querías fuera de tu mundo. Construimos uno nuevo. Y ahora te quejas de que está prosperando.

Así que sí, estamos orgullosos. Sí, tenemos éxito. Sí, somos influyentes. Pero nada de eso llegó fácil. Cada triunfo judío se destaca por siglos de exilio, chivo expiatorio, genocidio y resiliencia. Nos hicimos fuertes porque no nos diste otra opción.

Nos convirtiste en las personas con las que ahora te molestas y no lo sentimos.