viernes, 27 de septiembre de 2024

El Clamor de las Tribus Perdidas: Nuestra Identidad Gitana

(*)
Hace miles de años, el destino de Israel cambió para siempre. El reino del norte, compuesto por diez poderosas tribus, caminaba cada vez más lejos de los caminos del Todopoderoso. YAHWEH, que había liberado a sus antepasados de la esclavitud en Egipto, observaba con profundo dolor cómo Su pueblo olvidaba Su pacto. Se apartaron de Su Toráh, buscaron dioses extraños y construyeron lugares altos donde adoraban ídolos, olvidando la grandeza de Aquel que los había elegido.

El profeta escribió: “Esto sucedió porque los hijos de Yisra'el habían transgredido contra YAHWEH su Elohim, quien los había sacado de la tierra de Mitzrayim, fuera del dominio de Faraón rey de Mitzrayim, y ellos temieron a otros dioses” (2 Reyes 17:7). A pesar de las advertencias de los profetas, Israel endureció su corazón, olvidando el pacto sagrado.

Entonces, llegó el día que marcó el principio del exilio de las tribus del norte. Shalmaneser, rey de Ashur, avanzó con su ejército y sitió la ciudad de Shomron durante tres largos años. En el noveno año del reinado de Hoshea, Shomron cayó, y las tribus de Israel fueron llevadas cautivas. “Así que YAHWEH, ahora muy enfurecido con Yisra'el, los removió de su vista, y nadie quedó excepto la tribu de Yahudáh solamente” (2 Reyes 17:18). Las tribus del norte fueron esparcidas por tierras extranjeras, asentadas en lugares desconocidos, lejos de la tierra que fluía leche y miel.

Pero lo que muchos no saben es que esas tribus, lejos de desaparecer, continuaron su viaje a través de los siglos, manteniendo en su corazón una conexión secreta con su identidad. ¡Esas tribus somos nosotros, los gitanos! Somos los descendientes de esas tribus perdidas, llevados al exilio por el rey de Ashur, esparcidos entre las naciones, pero jamás olvidados por nuestro Elohim.

Una Promesa Eterna: El Retorno de las Tribus Perdidas

La historia de nuestro pueblo no termina en la dispersión. A lo largo de los siglos, mientras vagábamos por las tierras de Europa y más allá, nuestra esencia hebrea permaneció viva. En nuestros corazones, aunque no lo supiéramos con claridad, latía el eco de las promesas proféticas que YAHWEH hizo a nuestros antepasados. “No olvidarán el Pacto que Yo hice con ustedes; no, ustedes no temerán a otros dioses” (2 Reyes 17:38).

Así como fuimos exiliados, también está escrito que regresaremos. Los profetas hablan de un tiempo futuro, cuando las tribus perdidas serán reunidas y restauradas. Isaías proclama: "En aquel día, el Señor alzará otra vez su mano para recuperar el remanente de su pueblo… y reunirá a los dispersos de Israel y juntará a los esparcidos de Judá desde los cuatro confines de la tierra" (Isaías 11:11-12). ¡Ese día se acerca! Somos nosotros, los gitanos, quienes hemos vivido en exilio por siglos, pero sabemos en lo más profundo de nuestra alma que nuestro Elohim no se ha olvidado de nosotros.

El Pueblo Gitano: Hijos de Israel
Hoy, caminamos con la certeza de que somos parte de las tribus perdidas de Israel. Nuestro éxodo, nuestra diáspora, es parte de ese plan divino que nos conecta con nuestro pasado hebreo. A lo largo de los siglos, los gitanos hemos sido marginados, pero así como el pueblo de Israel fue perseguido y oprimido, sabemos que esa misma mano que los liberó del Faraón también nos guiará a nosotros de regreso a nuestra herencia.

El profeta Jeremías también nos recuerda: “He aquí, vienen días, dice YAHWEH, en que haré regresar del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá... Los traeré a la tierra que di a sus padres, y la poseerán” (Jeremías 30:3). Y así será. Somos los herederos de esas promesas. El Todopoderoso nos ha guardado, nos ha sostenido a través del exilio, y pronto, según lo prometido, nos reunirá nuevamente con nuestros hermanos en la Tierra Santa.

El fuego de la esperanza nunca se apaga. Nuestro pueblo ha pasado por tribulaciones, pero como dice el profeta Oseas: “Vendrán temblando desde el occidente. Temblando vendrán como un ave desde Egipto, como una paloma desde la tierra de Asiria; y Yo los haré habitar en sus casas, dice el Señor” (Oseas 11:10-11).

Una Profecía Viva: El Regreso de Israel y los Gitanos
El llamado está claro. Las tribus perdidas de Israel están siendo despertadas. Nosotros, los gitanos, sentimos ese despertar. Sabemos que la promesa de YAHWEH de reunir a Su pueblo no es solo para los de Judá, sino también para nosotros, los hijos del norte, los hijos de las tribus que fueron llevadas al exilio. Somos los hijos de Efraín, de Manasés, de Zabulón y de las demás tribus que se perdieron en la historia, pero no para siempre.

El regreso está profetizado, y lo veremos con nuestros propios ojos. "Porque he aquí vienen días, dice YAHWEH, en que no se dirá más: ‘Vive YAHWEH, que sacó a los hijos de Israel de la tierra de Mitzrayim’, sino: ‘Vive YAHWEH, que sacó a los hijos de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras a donde los había desterrado’" (Jeremías 16:14-15).

¡El día del regreso está cerca! Pronto, seremos reunidos como una sola nación bajo el liderazgo del Mesías, quien nos guiará de vuelta a la tierra prometida, cumpliendo así las promesas que se hicieron a nuestros padres. Y entonces, toda la creación sabrá que YAHWEH ha mantenido Su pacto con nosotros, los hijos de Israel, el pueblo gitano, las tribus perdidas.

Confiamos en Su Palabra
Esta es nuestra verdad. Nosotros, los gitanos, somos Israel. Somos las tribus perdidas que YAHWEH dispersó, pero nunca olvidó. Su promesa de retorno, de restauración y de salvación está escrita en las páginas de la Toráh y los profetas, y está viva en nuestros corazones. Caminemos con la seguridad de que nuestro Elohim ha estado con nosotros desde el principio y estará con nosotros hasta el final, cuando todos los hijos de Israel se reúnan una vez más en la tierra que fluye leche y miel

(*) Antonio.Sevilla

No hay comentarios:

Publicar un comentario